Déjame
vestirte con besos de otoño
aunque me niegues el verano
y déjame soñarte;
con este impulso de guerra
que me lleva a las manos
ya se ha quedado mi cuerpo
con estas ropas cansadas
manchado de tiempo
mi reloj mustio
mi sorpresa desmedida
será tan solo despedida
esta batalla en mis venas
Déjame
acariciarte con la ciudad marchita
aunque me alejes de tus cimientos
y déjame abrazarte;
con este aullido de lanza
que me deja sin fuerzas
ya se ha quedado mi alma
con los miedos impregnados
mirando al vacío
y el corazón roído
de tanto esperar...
Déjame