25 de abril de 2008

Gato


¡Que salvaje blancura!

este miedo tan foto
y filoso

que surge arisco
y pretencioso

en la espera belleza
de un sexo caduco

quien es el que golpea
la confianza
de esta noche tranquilidad

y las palabras
del miedo
abrumando el agua

un pulóver
caprichoso
cobertizo

una comida
vacía
llana
vacía
inteligente
pero

si soy desconfiado
fiel?

bien... bien...

digamos que tal vez
en una de esas:

cariñoso
y sin tiempo
la oscuridad
de mis uñas

que no pueden
con el tiempo

Pradera


mi locura es noche
mientras la vanidad
es beso
el rouge de mi cuerpo
pegado en tantos labios
es intenso
el rojo de mis hombros
que se caen
en los zapatos
de otro
como un abrazo
amor:
fagocitar la conciencia
el pensar
el olvido
tan intenso
tan luz
tan excéntrico
la inmensidad de enamorarse
es el amor locuaz
que me aburre
y todo es tormento
pasión inmensidad
la calidez árida
y fugaz
de orientar la pérdida
el llanto
la mansa torpeza volátil
de mi vaso etéreo
y el efímero espejo
de lo único que queda:
mi torpe imagen
tan sola en el verde
de lo que no fuimos...

Parecer


No hay pasado
sólo niñez
y ficción

No hay recuerdo del padre,
o de la puerta donde la hija
bebía un vino con gusto a fresias

No hay un río desconocido
que sea puto
amargo
tristeza
amigo

Eso era todo lo que había
total...

la música
ya estaba en la mesa
como si fuera comida
o postre
sobre el cuerpo

el número 7 sobre los álamos

Todo era un campo
un humo
la canasta de
mi familia
que lloraba su miedo
mientras la ciudad

allá tan lejos
se despertaba
y sonaban las campanas
como perro y gato

en la cima
un ladrillo:
mis ojos de mármol
la casa de todos los que sufrían
la llanura de todos los que no sentían

y el cielo
era un banco
celeste donde se sentaban
las estrellas

con tantas mochilas
como luz
tenía mi almohada
en el silencio gris
que llora mi recuerdo

y soy todo siniestro
en la cima del hombre
en la cúpula del hombre
como un sobrino

que se sienta en las piernas
de la angustia

y duerme...

Wilkommen

Bienvenidos! Sentaos, presenciad el discurso del hombre, que no es enteramente hombre ni nunca lo ha sido. Vivenciad mi mirada del mundo y experimentad por un destello de tiempo mi silencio, mi palabra bastardeada, mi desden, mi tristeza, mi felicidad. Queredme, asi como estoy entre tantas otras cosas. Divertidme, enloqueced. Vertid vuestra pasion en mi sangre, mientras tanto yo os escribo.

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