había quienes decían que el viento
no era viento
y había otros que creían que el reloj
desteñido del tiempo
era una ilusión
una marioneta
un cuerpo desnudo pidiendo azote
había quienes decían que la piedra
no era piedra
y había otros que creían que la mano
angustia de la tierra
era una caricia
una urticaria
un caballo de furia arranstrando muerte
pero otros...
que no tenían conciencia
ni escribían estóicos amores
en el tunel del pensamiento
pero otros...
que no tenían paciencia
ni cantaban sangrantes rencores
en el papel del empobrecimiento
decidieron que todo era una mitad
un cielo desvencijado
un poeta enclaustrado
en la gris música
de las circunstancias
que todo era una mitad
sin opuestos
una mitad
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