
No hay pasado
sólo niñez
y ficción
No hay recuerdo del padre,
o de la puerta donde la hija
bebía un vino con gusto a fresias
No hay un río desconocido
que sea puto
amargo
tristeza
amigo
Eso era todo lo que había
total...
la música
ya estaba en la mesa
como si fuera comida
o postre
sobre el cuerpo
el número 7 sobre los álamos
Todo era un campo
un humo
la canasta de
mi familia
que lloraba su miedo
mientras la ciudad
allá tan lejos
se despertaba
y sonaban las campanas
como perro y gato
en la cima
un ladrillo:
mis ojos de mármol
la casa de todos los que sufrían
la llanura de todos los que no sentían
y el cielo
era un banco
celeste donde se sentaban
las estrellas
con tantas mochilas
como luz
tenía mi almohada
en el silencio gris
que llora mi recuerdo
y soy todo siniestro
en la cima del hombre
en la cúpula del hombre
como un sobrino
que se sienta en las piernas
de la angustia
y duerme...
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