no habia otro que no fuera yo
donde terminaba el grito
que antes sin saber
era una conciencia
rota
trillada
a pedazos
descamada
un lujo
no habia otro que no fuera yo
donde empezaban los sueños
que antes sin saber
eran un silencio
mío
ínfimo
desierto
íntimo
un augurio
no había otro que no fuera yo
donde empujaba la muerte
que antes sin saber
era una espera
lerda
caprichosa
descarga
sinuosa
un anuncio
y así... me fui... en el marco dorado del cielo...
un manto blando me hizo el encierro
y quedé quebrado:
un espejo