le cayeron mil lágrimas en los ojos
como mil gotas de sangre
dormidas en la comisura del cuerpo
respiró con el peso del mundo
sobre los hombros
y una confusión de lenguas
tatuada en la memoria
le hizo de piel
de amianto
de cobertura
le soplaron de vida con agua mustia
con martillos como garras
rasgándole el sueño
se sentó con el peso del mundo
sobre los hombros
y una musica infarto
le tiñó las rodillas
hasta desplomarse
hasta incendiarse
¡oh, la sombra del viento!
le jugó una gris boca
su alma de jugo carmesí
con frutas rancias
y alcoholes prohibidos
y todo se le volvió extraño
una silueta del tiempo
sin lugares donde aferrarse
ni piedras en las que asir
el silencio
¡oh, la muerte del cielo!
le cubrió una nube de angustia
su alma de parches inciertos
con rieles torcidos
y mentes grietas
y todo se le volvió una mentira
sin abrazos donde calmarse
ni reflejos en los que sonar
las manos
le cayeron mil lágrimas en los ojos
como mil gotas de sangre