Nunca pensé que te iba a ver tan feliz. Me divierte que puedas ser vos, con tus 78 pirulos, con tus ansias de seguir siendo, con tu impaciencia para poder disfrutar de un buen vino y una buena comida.
Nunca pensé que ibamos a estar rodeados de tantos afectos y tantos chicos. Todos ellos son tus nietos. Todos ellos son amor, sin importar en lo que devenga el futuro.
Ahí también estaba yo, casi sin conocerte, pero con ganas de estar. Eramos todos los que alguna vez fuimos y a la vez, cambiamos tanto... Crecimos tanto y vos, viejo, te quedaste eterno, un recuerdo, una fotografía que será siempre nuestra: de tus hijos, de los que te amamos.
Qué más pedirle al tiempo, si esto que soy no me disgusta -aunque no me alcanza-!
Qué más desearle al destino, si esto que somos nos llena de vida -aunque nos llene de miedos-!
Te voy a estar esperando, ahí, cuando estés cansado; cuando estés dormido y yo silencioso, sin saber que decirte para darte un abrazo.
Decirte que te quiero...
1 comentario:
Decirte antes que nada que he llegado at u blog por recomendación de Jesús; pero más importante que esto que has escrito de tu padre me ha gustado mucho. Puede que sea porque yo ya no tengo al mio, pero me ha parecido muy sentido lo que has escrito al tuyo.
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